Después de más de un año dosificando gota a gota la información, hoy se ha levantado por fin el tan cacareado secreto del sumario del tristemente célebre caso Gürtel. Tras una mañana caótica para los medios, que intentaban desmigar los datos más jugosos de los 50.000 folios que contiene el caso, se empezaban a confirmar cosas que ya se sabían y a salir más nombres de miembros de la Generalitat untados con regalos de la trama de Correa, Bigotes y C&A. (aparte de los horripilantes trajes de Camps y Costa, abriguito para Cotino, videoconsolas para los niños, bolsacos de marca para las señoras...) Para festejarlo, nuestra excelentísima alcaldesa, Rita Barberá, se ha armado de gruas y excavadoras y se ha dedicado a demoler unos cuantos edificios en el barrio del Cabanyal, como el que no quiere la cosa. Y de la manera más fina que ha podido, arrastrando por los suelos a vecinos y a políticos de la oposición, cual vulgares okupas en pleno desalojo. Precioso.
Resultado: en las últimas encuestas, el Partido Popular no solo se mantiene en la Comunidad Valenciana, sino que sube varios puntos en intención de voto. No entiendo nada.
Todo esto lo comparo con el tema de la Pantoja. Cuando más se acerca el momento de sentarse en el banquillo, cuando más mala prensa tiene y peor cae (hoy una señora del público la llamaba "robona" en el Sálvame diario), es cuando la tía revienta los teatros con llenazos absolutos. Aaaaiiiiiinnnnnssssss...¡Cómo le va la marcha a este país!
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